A lo largo del siglo XXI está previsto que se reduzca la cantidad de precipitación que recibe España en promedio a lo largo del año, a la vez que aumentan los episodios extremos de lluvias. Unas temperaturas más altas provocarán la extensión de los climas áridos en nuestro país, lo que incrementará el riesgo de incendios y la exposición al calor. (Fuente: AEMET)